Este poemario ilustrado está compuesto de once poemas, cuya unidad temática está dada por la presencia—o ausencia—de la luna. Insectos, aves, peces y mariposas, entre otros seres vivos, experimentan una aventura que es contada en versos de distinta extensión, pero siempre con rima. Las ilustraciones son llamativas y repiten lo expresado en cada poema, sin agregar mayor profundidad a la interpretación poética. Si bien los textos buscan ser lúdicos, tanto en contenido como en forma, hay algunos poemas que replican estereotipos de género, por ejemplo, cuando se alude a la coquetería de Doña Esqueleta, a lo hermosa y pretenciosa que es Lila, la mosca, y a la obediencia de la Bruja Rebelde. Resulta interesante discutir en una mediación con niños y niñas la posible conexión entre la luna y la creación lírica. Se recomienda desde los 6 años.