Libros sobre inclusión hay cientos, muchos cargados a las buenas intenciones quitando la complejidad que trae consigo el tema; en el polo opuesto se encuentra Palacios interiores. Vladimir Rivera logra esbozar el tema de manera sutil, cuidada y emotiva. Sin explicitar, expone narrativamente las pistas: a Teo no le gusta el ruido, tiene dificultades para hacer amigos, y ciertas manías de orden… su nombre Teo no es al azar. Este es un libro maravilloso que no fuerza la inclusión como un aceptar al que es distinto, sino como una invitación a conocer las bondades que guarda aquella persona que es distinta a mí. Es una narración cargada de imágenes poéticas y conmovedoras, acompañadas con ilustraciones perspicaces que logran hablar el mismo idioma del texto.