Mientras todos caminan, el protagonista del libro va sobre ruedas, pues la vida es más divertida sobre una bicicleta, un camión, una carreta o un avión. Este libro, narrado en primera persona (con una versión en español y en inglés), da cuenta de cómo la vida es más entretenida sobre ruedas, porque hace más sencillas algunas cosas, como ir de compras a la feria con un carrito. Hacia el final del relato, se confirma lo que las ilustraciones esbozan al comienzo: el protagonista usa silla de ruedas y termina con la siguiente sentencia: “Mientras todos caminan, yo voy sobre ruedas… y lo paso bien. Soy feliz, porque veo la vida de otra forma y lo puedo compartir”. El libro es en extremo positivo, sin complejizar nada respecto a la situación de vida del niño, lo que lo vuelve poco verosímil e incluso algo violento para quienes viven esta realidad, la que se presenta de tal forma que parece ser mejor que usar las piernas para desplazarse. Las ilustraciones exacerban esa visión positiva del vivir en silla de ruedas, lo que reafirma el escaso desarrollo crítico de la historia.